Chile está experimentando una profunda metamorfosis social y demográfica que redefine el concepto tradicional de hogar. Según la última Encuesta Financiera de Hogares (EFH) del Banco Central, revelada en septiembre, el país ha presenciado una disminución constante en el tamaño promedio de las familias, a la par de un dramático aumento en los hogares compuestos por una sola persona.
      
             
            
              
En un lapso de menos de 25 años (entre 2000 y 2024), el tamaño promedio de los hogares se redujo de 3,9 a tan solo 2,8 integrantes. Simultáneamente, la proporción de hogares unipersonales se disparó, pasando del 8% al 22% del total nacional, una tendencia especialmente marcada en los tramos de menores ingresos.
Las Causas del Fenómeno: Jóvenes y Adultos Mayores
Expertos consultados coinciden en que esta transformación es un reflejo de cambios estructurales en la sociedad chilena:
1. La Postergación de la Familia y la Individualización Juvenil
Santiago Truffa, académico del Centro de Estudios Inmobiliarios de la Escuela de Negocios ESE, destaca que los jóvenes están postergando significativamente la formación de núcleos familiares.
«Los jóvenes se están casando mucho más tarde, se demoran mucho más tiempo en formar núcleos familiares y eso tiene implicancias, por ejemplo, en el mercado inmobiliario, porque la decisión de cuándo entran a comprar es mucho más tardía», explica Truffa.
Esta tendencia lleva a que las personas opten por vivir solas o convivir con amigos, alargando la fase de arriendo. Romina León, académica de la Escuela de Psicología de la Uandes, complementa esta visión, señalando que existe una «fuerza generacional» que prioriza el desarrollo personal y profesional gracias al mayor acceso a la educación. Esta prioridad desplaza la parentalidad y el proyecto familiar a un segundo plano.
2. El Envejecimiento Poblacional
El segundo motor de esta tendencia es el cambio en la pirámide de edad de Chile: el envejecimiento.
Según Truffa, muchos de los nuevos hogares unipersonales están constituidos por adultos mayores que ya no viven con sus hijos, o que han enviudado. Este fenómeno, si bien tiene efectos directos en el mercado inmobiliario, es parte de una realidad sociodemográfica mucho más amplia que impacta en el mercado laboral y en la productividad nacional.
En esencia, la data del Banco Central dibuja un Chile cada vez más fragmentado en su composición residencial, donde la independencia personal y la longevidad están reescribiendo la vida doméstica.
 
(Fuente: hora12.cl)