El lejano sueño de la casa propia: renta mínima exigida por bancos para créditos hipotecarios escala por sobre los tres millones de pesos
Los últimos años han sido complejos para quienes buscan adquirir una vivienda a través de un crédito hipotecario. Y es que desde fines de 2019 a la fecha, el escenario ha cambiado radicalmente, debido a las sucesivas alzas en las tasas de interés y también a las exigencias de renta mínima requeridas por parte de la banca.
De hecho, si en 2020 la tasa promedio de un préstamo para vivienda de 4.000UF, con 20% de pie y plazo de 20 años, implicaba un dividendo de $520 mil mensuales; actualmente, bajo las mismas condiciones, el dividendo es de $850.000, según desliza Diario Financiero (DF).
En tanto, la renta familiar mínima exigida para este mismo ejemplo, pasó de $2.080.000 a $3.140.000 en cinco años, es decir, 50% más. Por otro lado, en el caso de una vivienda de 5.000UF, la renta exigida por las entidades subió desde $2.600.000 en 2020 a $4.250.000 en 2025, lo que equivale a un aumento de 63%, de acuerdo al mismo medio.
Salarios no se condicen con renta mínima exigida
Claudia Sepúlveda, subgerente inmobiliario de GPS Property, recuerda que, de acuerdo a la última Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en 2024, “el ingreso promedio en Chile de las personas ocupadas asciende a $897.000, también sabemos que un 68% de las personas percibe esos $897.000 o menos, y adicionalmente, un 50% de las personas percibe $611.000 o menos mensuales como sueldo”.
En ese contexto, agrega la experta, es que “el precio de las viviendas, por ejemplo en Santiago Centro, de 3.000UF, requiere que una familia, complementando ingresos, pueda lograr un ingreso de entorno a los $2.180.000 para poder comprometerse con esta vivienda. Dicho valor puede reducirse, en parte, en la medida de que puedan aplicar al nuevo subsidio a la tasa de crédito hipotecario que permite reducir las tasas entre un 1 y un 0,6%, dependiendo del convenio con la institución que tenga”.
“Es así como este ingreso podría caer de $2.186.000 a $2.060.000 aproximadamente, pero sigue siendo un monto significativo el que deben complementar en términos de renta las familias para poder lograr la vivienda propia”, agrega Sepúlveda.
Por otra parte, menciona que, para viviendas en torno a 5.000UF, que están al margen del subsidio que otorgó el Estado a la compra de viviendas nuevas, “se requieren ingresos complementados de las familias en torno a los $3.600.000, y para 8.000UF, sobre los $5.800.000”.
En relación a esto, apunta que “es importante señalar que en los últimos diez años los precios de las viviendas han crecido por sobre el 50%, y los salarios reales muy por debajo, en torno al 15%. Es este dispar crecimiento el que hace que la vivienda sea cada vez más difícil de alcanzar para las familias chilenas”.
(Fuente: theclinic.cl)