Macro
El PIB de Chile cierra 2022 con un crecimiento anual menor a lo estimado
A partir de los Imacec de 2022 se esperaba que el PIB hubiera crecido un 2,7%, pero los datos del cuarto trimestre afectaron la estimación y terminó con una expansión de 2,4%.
Un año de normalización fue 2022 para la economía chilena. Y es que luego de un 2020 con una contracción de 6,1%, seguido de un 2021 con un salto de 11,7%, de enero a diciembre de 2022 el Producto Interno Bruto (PIB) nacional creció un 2,4%. Así lo confirmó el Banco Central este lunes, en las cuentas nacionales al cuarto trimestre, las que detallan que el resultado es más bajo que el 2,7% que se estimaba a partir del promedio del Indicador Mensual de Actividad Econуmica (Imacec) del último año.
¿Qué explicó el desempeño más moderado? Principalmente la incorporación de información sobre los últimos tres meses del año, “que afectó la estimación de valor agregado de los servicios de transporte”, se lee en el reporte.
El informe también acota que, respecto al año anterior, la actividad exhibió “un desempeño decreciente”. Resume que el crecimiento de la demanda interna destacó en el primer semestre, impulsada por el consumo, pero que luego se ralentizó en la segunda parte del año. Y confirma que, desde la perspectiva del origen, el resultado fue liderado por los servicios, en particular los personales, empresariales y de transporte.
En contraste, la producción de bienes exhibió una caída, siendo la minería y la industria manufacturera las de mayor incidencia en este resultado. A esto se suma que la actividad comercial también se redujo, consistente con la caída en el consumo de bienes. De hecho, el PIB minero cayó un 4,1% en el año, frente al alza de 3,5% del resto.
En términos desestacionalizados, el PIB aumentó “marginalmente” en el último trimestre frente al período anterior, alza liderada por una aceleración en las actividades de minería y comercio, efecto compensado “casi en su totalidad” por una reducción en transporte.
“La demanda interna -al igual que el PIB- registró una evolución decreciente durante el 2022”, detalla el reporte, y precisa que luego de “importantes incrementos” en los primeros trimestres, esta se contrajo en la segunda parte del año, lo que llevó a un crecimiento de 2,3% en el año. Su principal impulso llegó desde el consumo privado, seguido por la formación bruta de capital fijo (FBCF) y el consumo de gobierno.
El consumo de los hogares aumentó un 2,9% anual, por un mayor gasto en servicios, en línea con el levantamiento de las restricciones sanitarias. Esto contrastó con la caída del consumo de bienes durables y no durables, “en respuesta a la normalización de la liquidez de los hogares respecto al año anterior”.
La inversión disminuyó un 0,3%, pero la FBCF finalmente creció un 2,8%, impulsada por construcción y otras obras -habitacionales-, y por maquinaria y equipo, destacando la importación de camiones y buses para el transporte urbano de pasajeros. Y el consumo del gobierno se expandió un 4,1%, por una mayor prestación de servicios de educación.
En el plano del comercio exterior, las exportaciones saltaron un 14% y las importaciones lo hicieron un 0,9%, ambas lideradas por los servicios, que lograron compensar la reducción del intercambio de bienes.
El año pasado el ingreso nacional bruto disponible real creció un 1,5%, aumento menor al observado en el PIB, explicado principalmente por un deterioro en los términos de intercambio. Además, el ahorro bruto total ascendió al 25,4% del PIB en términos nominales, compuesto por un ahorro nacional de 16,4% del Producto y un ahorro externo de 9% del PIB, correspondiente al déficit en cuenta corriente.
Cifras revisadas
El resultado tres décimas más bajo al esperado para 2022 se explicó en parte por un cuarto trimestre en el que la actividad cayó 2,3% anual. En términos trimestrales, el crecimiento del PIB se revisó una décima al alza en el primer trimestre -de 7,4 a 7,5%-, mientras que en el segundo y tercer trimestre se revisó a la baja, de 5,6 a 5,2% y de 0,3 a 0,2%, respectivamente.
En un blog titulado “Revisiones a las cifras de actividad económica: PIB e Imacec”, expertos del Banco Central detallan que la cifra publicada preliminarmente en el Imacec para el cuarto trimestre del 2022 se revisó siete décimas a la baja, y gran parte se explica por el sector servicios. Se precisa que en acá “se incorporó información de comisiones financieras que se pagaron a no residentes, en el contexto de la salida del proceso de reorganización financiera de una empresa del rubro, que se había acogido al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos en el aсo 2020”.
El blog acota que, en principio, al tratarse de un fenómeno contable puntual, asociado a la salida del Capítulo 11, “el nivel del PIB para el año 2023 no se verá afectado por este hecho”. Pero, detalla que “al disminuir el nivel del PIB del cuarto trimestre del año 2022, esto tendrá un impacto positivo en el cálculo de las variaciones del primer y cuarto trimestre del 2023 respecto de ese trimestre”.
Sector por sector
Durante 2022, dentro del sector agropecuario-silvícola la fruticultura fue la única actividad que registró un crecimiento, de 0,1% anual. Y la pesca aumentó un 0,1% por un mayor producción de la acuicultura, efecto compensando en gran parte por una caída en la pesca extractiva.
La actividad minera decreció un 4,1%, principalmente por la extracción de cobre, mientras que el resto de la minería creció, impulsado por la producción de minerales no metálicos, liderada en términos de incidencia y dinamismo por el litio.
La actividad manufacturera retrocedió un 2,5% en el año, arrastrada por la elaboración de químicos, petróleo, caucho y plástico y la fabricación de maderas y muebles, en contraste con la producción de alimento, y de productos metálicos, maquinaria y equipo.
La generación eléctrica en base a energías renovables impulsó a la actividad de electricidad, gas, agua y gestión de desechos (EGA), que creció un 9,9%. Mientras, la construcción creció un 0,6% en 2022, por el aumento de la edificación.
El comercio retrocedió un 4,2%, por la alta base de comparación y una normalización de la liquidez de los hogares respecto del año anterior, siendo el comercio minorista el que anotó la mayor caída. Y la mayor movilidad de las personas explicó el desempeño de la actividad transporte, que aumentó un 10,5%.
Además, una mayor demanda por servicios informáticos determinó el resultado de comunicaciones y servicios de información, que creció 6,8%, mientras que las actividades de educación pública y de consultoría lideraron el aumento de los servicios personales y empresariales, con alzas de 12,1% y 6%.
(Fuente: Diario Financiero -Df.cl)