Cuando comencé a invertir, ni siquiera sabía lo que era la rentabilidad, simplemente lo hice porque matemáticamente tenía sentido, que, si invertía X, entonces ganaría Y, y con eso era suficiente.
Luego de educarme correctamente respecto a la inversión inmobiliaria, aprendí el concepto de rentabilidad, un concepto que aplica para todas las inversiones que existen y que es fundamental conocer y entender a detalle si vamos a invertir o asesorar en inversiones.
Básicamente, la rentabilidad es el beneficio anual por sobre el monto invertido, llevado a porcentaje. EJ: Rentabilidad anual de un 8%
Existen varios tipos de rentabilidades, está el EBITDA, rentabilidad económica, financiera, VAN, TIR, Cap Rate, ROI, entre otras. Conocer sus diferencias e identificar cuál es aquella que utilizarás como herramientas, es fundamental.
Una vez entendido el concepto, comencé a buscar inversiones con rentabilidades sobre un 8% en renta, y a medida que iba agotando un valioso recurso, como es la capacidad crediticia, comencé a buscar opciones sobre un 10%. Por supuesto que cada vez necesitaba mayor capacitación para detectar estas escasas oportunidades.
No sabía si lo estaba haciendo bien hasta que comencé mi proceso de asesorías inmobiliarias y me di cuenta de algo terrible. Que la rentabilidad no lo es todo.
¿Por qué digo esto? Porque me ha tocado ver casos donde existen rentabilidades muy buenas, elevadisimas, incluso rentabilidades infinitas (cuando inviertes $0), pero estamos olvidando algo, el flujo de efectivo.
Si con tus inversiones vas a buscar renta (ingresos pasivos, periódicos mensuales), no te sirve de nada invertir poco dinero a costa de tu capacidad de endeudamiento, para ganar $10.000 pesos mensuales.
Recuerda que tu capacidad crediticia es un recurso que debes cuidar, y, por lo tanto, no siempre la mayor rentabilidad, significa que vaya a generar mejores resultados. Encontrar el equilibrio entre la rentabilidad y el flujo de efectivo, será la clave para crecer tu patrimonio.
Busca altas rentabilidades y que te den un alto flujo de efectivo, para que así puedas reinvertir esas ganancias y aprovechar realmente el poder del interés compuesto. Pero si sólo ganas unas migajas, no podrás ver los resultados hasta muchísimo tiempo más.
La rentabilidad es importante, si, lo es, pero no lo es todo. Cuida tus recursos.
Un abrazo,
Víctor Sánchez Segura
Coach en Finanzas Personales
Autor de los libros: Libertad Financiera ¡Ahora ya! – Coaching Financiero – Conceptos Financieros
www.victorsanchez.cl